¿Para qué estudiar historia, de la ciencia en general y de la psicología en particular?
La historia estudia los hechos importantes que ocurrieron en el pasado. Más que simples datos y recuerdos, ella brinda conocimiento. Nos permite comprender nuestro presente, cómo llegamos aquí y, en algunos casos, hasta permite prever algunas cosas.
Pero, además de lo anteriormente mencionado, la historia nos permite aprender a pensar. Viendo desde muy diversos puntos de vista el razonamiento y las acciones de las antiguas generaciones nos facilita el entender por qué se tomaron tantas decisiones y existieron varias situaciones que afectaron de manera negativa a gran parte de la humanidad que, pensando como lo hacemos hoy, hubieran sido distintas. Esto nos permite crear criterios, hacernos peguntas y extraer conclusiones a partir de la información ya existente. Sabiendo esto, podemos analizar nuestras futuras acciones para así no cometer los mismos “errores” del pasado.
A nosotros como futuros psicólogos nos interesa saber el funcionamiento de la mente del ser humano. La historia, brindándonos información del pasado, permite hacer comparaciones entre las formas de pensamiento y formas de vida a través de nuestra existencia en la tierra y, por qué no, demostrar cómo hemos evolucionado, desde la parte más simple hasta la más compleja.
Sócrates (469-399 a.C.), quien defendía la importancia del saber, una vez dijo “el conocimiento nos hará libres” y ese es el más importante fin del aprender a pensar, crear personas libres.